El trabajo concebido de la manera tradicional ha sufrido no pocos cambios tras la aparición de plataformas digitales. Estas han transformado el mercado laboral en uno más dinámico de trabajadores independientes, que ha dado vida a la llamada economía gig.
Diversas son las razones que llevan a una persona a optar por un trabajo a destajo, pero desde la irrupción de Internet en el día a día de los usuarios, los distintos desarrollos tecnológicos han alentado una oferta laboral que se extiende y cada vez gana más seguidores.
Conocimiento y tecnología van de la mano en esta modalidad de trabajo que en la última década ha cruzado fronteras y sectores económicos. De acuerdo con un estudio de la consultora McKinsey, 27% de los trabajadores en Europa y Estados Unidos se ha sumado a esta tendencia.
Es así como profesionales calificados escogen trabajar por su cuenta para uno o varios proyectos o empresas incorporándose a distintos equipos, siendo dueños de su tiempo. Se organizan mejor para poder cumplir con los compromisos adquiridos que les reportan ingresos adicionales –si están en un empleo formal- o incluso superiores a los que podría generarles uno fijo.
La economía gig avanza a pasos agigantados abarcando más espacios en el mercado laboral en todo el mundo. Aunque desde algunas organizaciones se vea con recelo por contribuir al incremento de la economía informal.
Crece, al margen de las empresas tradicionales, en la medida en que usuarios de Internet crean desarrollos para el intercambio de bienes y servicios.
¿Qué define a la economía gig?
En pocas palabras se trata de un modelo de economía de trabajos temporales, de corta duración, en el que no hay una relación contractual entre empleadores y trabajadores independientes. Esta se realiza en el mundo digital, por lo que es imprescindible una buena conexión a Internet.
Trabajar desde la casa se ha vuelto muy atractivo y las empresas apuestan al auge de esta tendencia para ahorrar costos laborales. La figura de los colaboradores se ha hecho más frecuente en ciertos tipos de actividades, la mayoría vinculadas al área de la comunicación.
Es difícil imaginar a especialistas en áreas como community manager, social media manager, content curator, especialistas en SEO (posicionamiento en motores de búsqueda), diseñadores gráficos, programadores, sentados en una oficina por ocho horas. Una de las ventajas que ofrece la economía gig, es que quienes deciden formar parte de ella tienen un completo control sobre su tiempo y las tareas a realizar, por lo que pueden armar su propia agenda de trabajo.
Algunas empresas de servicios tienen la oportunidad de aprovechar el boom de la economía gig para agilizar procesos.
Trabajar en remoto y con horarios flexibles es el sueño de mucha gente que cansada de hacer trabajo en una oficina todo el día, busca independizarse ofreciendo sus servicios a una o varias empresas.
Pero también están los empleados de la economía formal que gozan de los beneficios que otorgan las leyes y quieren obtener ingresos extra que les permita mejorar su calidad de vida. Muchos pasan a formar parte de la economía gig de esta manera y más tarde terminan abandonando el empleo formal para dedicarse a tiempo completo al free lance.
Existen empresas que buscan el talento para ejecutar trabajos determinados y aprovechan el conocimiento y la mano de obra barata en otros países para disminuir costos.
A fin de cuenta, la economía gig no está regulada y es esta libertad la que permite a ambas partes (empresas y trabajadores independientes) establecer las condiciones de la relación bajo la cual se efectuará el trabajo.
Las crisis y la economía gig
Las crisis económicas de un país y/o individuo suelen ser un detonante para que un trabajador o desempleado considere probar en la economía gig. Un entorno adverso puede ser una oportunidad para que empresas de terceras naciones aprovechen el recurso humano calificado de países en crisis y entablar un vínculo de trabajo temporal.
El instinto de supervivencia lleva a los ciudadanos de un país en crisis a echar mano de cualquier opción laboral que le represente ingresos, por lo que la economía gig es una de ellas y sin que signifique cambiar de actividad.
Estos mercados de trabajo digitales tienen cada vez mayor aceptación entre las comunidades de profesionales que también buscan en ellos una proyección internacional y pago de honorarios en moneda dura.
En los últimos años se ha observado cada vez con más frecuencia cómo los prestadores de servicios solicitan a sus empleadores que se les pague en criptomonedas, porque es una manera rápida de recibir la remuneración sin pasar por un banco y las comisiones que se exigen.
No obstante, es una desventaja para la economía del país donde se ubica el trabajador, ya que el pago de ese servicio no queda registrado en las cuentas de la nación.
La economía gig es vista por algunos expertos como sinónimo de economía colaborativa. Sin embargo, conceptualmente no es lo mismo. El economista Venezolano Aarón Olmos explica que en la economía colaborativa destaca la interacción entre personas a través de medios digitales en función de un mismo objetivo.
Cambios necesarios
El mercado de trabajo está en constante movimiento. La globalización e Internet definen nuevas pautas. La tecnología presiona cambios en las economías y sus marcos regulatorios. Sin embargo, la economía gig se mantiene al margen de las legislaciones, por ahora.
Se espera una expansión del trabajo digital en el futuro. Gobiernos de países en desarrollo como Malasia y Nigeria, han adoptado estrategias para alentar a sus trabajadores a incorporarse al trabajo digital, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en agosto de 2017 creó una Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo con el fin de analizar las condiciones de los empleados de las plataformas digitales.
Gran parte del debate en la OIT se centra en si es necesario adaptar los marcos legales e institucionales al trabajo a través de Internet y en cómo repercute la economía gig y la colaborativa en las iniciativas para garantizar el trabajo decente.
Todo apunta a que este modelo de economía impulsará nuevos negocios. Así que es mejor sacar el máximo provecho a la economía gig.