Precio económico como Factor de Competitividad

¿Qué determina el precio de un bien o servicio? ¿Puede un precio económico hacer la diferencia? ¿Es el precio económico siempre el más adecuado? Los empresarios hacen sus apuestas en función del mercado al que apunten y del entorno en el que desarrollen sus actividades.

El precio expresa una relación de valor, aunque no es en sí el valor del producto o servicio que se ofrezca. Este indicador se fija atendiendo múltiples factores que intervienen no sólo en el proceso de producción o importación del bien, sino también en el de distribución. Pero además, toma en cuenta la competencia y el público objetivo.

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El pago –a través del dinero- que hará un consumidor o usuario por un producto o servicio incluye una serie de costos fijos y variables a los que el empresario suma su margen de ganancia para poder obtener rentabilidad del negocio.

Las empresas son organizaciones con fines de lucro, por tanto, obtienen una ganancia de la actividad que desempeñan. En principio, en una actividad industrial o de servicio, el precio es la variable que le permitirá generar ganancias a las compañías. La capacidad empresarial se pone a prueba para lograr el mejor precio posible.

¿Es un precio económico una ventaja?

La globalización ha hecho que las empresas sean más competitivas. Buscan un elemento diferenciador para que su producto, y no otro similar del mercado sea el que prevalezca en la preferencia de los consumidores.

En muchos casos las firmas apuntan a un precio económico como una ventaja para atraer al cliente. Pero no siempre es la mejor decisión empresarial. Esta dependerá de las condiciones socioeconómicas del mercado del que se trate.

Hay plazas en las que los precios altos son sinónimo de calidad, como en Suiza. En cambio, en otras, la elección del consumidor estará determinada por un precio económico independientemente de la calidad del bien o servicio.

Algunas empresas tienden a centrarse en el precio de su oferta y no en el valor agregado que lleva. Si bien un precio económico puede determinar la decisión de compra en un nicho, en otro, el valor agregado puede representar la diferencia, ya que el cliente busca un beneficio adicional aunque tenga que pagar un mayor precio. El cliente siempre tendrá la decisión final sobre la compra. Y la tomará en base a sus necesidades y a su poder adquisitivo.

En algunas naciones la incorporación de tecnología de avanzada supone el encarecimiento de algunos productos, pero en otras la tecnología permite una masificación que contribuye a reducir los costos, y en consecuencia los precios, pudiendo fijar precios económicos.

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¿Cuál es el fin de un precio económico?

Cada mercado tiene características diferentes y las empresas lo saben, por eso hacen estudios que les permiten conocer las necesidades de los consumidores y atenderlas en su justa medida.

Un precio económico puede responder a varias situaciones. Una es, la introducción al mercado de un producto nuevo que necesita promoción para lograr una buena base de clientes. Es una estrategia de venta para captar la atención de potenciales consumidores que luego difundirán la información entre terceros.

En otra circunstancia puede ser el resultado de una producción masiva del bien, caso en el cual el volumen alcanzado le permite al empresario fijar un precio económico. Suele darse con más frecuencia en grandes corporaciones que ofrecen bienes o servicios de consumo masivo. Reducen costos de producción y comercialización para poder competir con un precio económico. 

Pueden darse por varias razones, como que la fecha de vencimiento de un producto esté próxima, en el caso de una mercancía perecedera; o que esté fuera de temporada si se trata de alguna prenda de vestir o que en el proceso de elaboración hayan quedado defectos o fallas. Entonces aparecen los precios económicos bajo la figura de ofertas.

La venta condicionada también es otra forma de vender a precios económicos en el mercado. Normalmente se “empaqueta” un conjunto, combo o kit de productos y se colocan por debajo de su precio individual. Este esquema suele utilizarse cuando hay artículos con poca rotación, y para darle salida se venden con otros de mayor demanda.

En estos casos, la percepción general de los clientes es que están comprando a menor precio o que están recibiendo un beneficio de manera gratuita. El elemento psicológico cuenta al momento de decidir la compra y las estrategias de mercadeo lo consideran en sus análisis.

En una economía de libre mercado, la oferta y la demanda son las fuerzas que actúan en la fijación de precios. En economías controladas, en las que se regula una lista de productos, considerados sensibles para la población, son las autoridades gubernamentales quienes, sin tomar en cuenta los costos asociados al bien o servicio, establecen los precios de manera discrecional.

Esta política de Estado provoca que empresas pierdan el incentivo para llevar a cabo su actividad y trabajen a pérdida al ser obligados a vender los ítems controlados por debajo de sus costos.

En este caso el precio económico no es garantía de calidad ni de que el producto se mantendrá en el mercado. Por el contrario, su producción tiende a disminuir progresivamente hasta desaparecer.

A efectos del público, los precios ofrecen información sobre el producto o servicio y el cliente determina qué hacer con ella.

Hay naciones que se caracterizan por fabricar imitaciones de marcas ya posicionadas en el mercado y con reconocimiento mundial. Se valen de la fama de estas para montar toda una estructura que les permite comercializar sus imitaciones a precios económicos.

Regularmente no poseen la misma calidad de las originales porque los materiales usados son más baratos, pero representan una alternativa para quienes no tienen la posibilidad de pagar por un artículo o producto más costoso. Sin embargo, en muchos casos la comercialización de alguna de estas imitaciones es ilegal.

El precio económico de por sí es una variable atractiva que puede llegar a considerar incluso un cliente acostumbrado a pagar más por lo que consume.

En un momento determinado el consumidor puede sacrificar calidad y optar por un bien con precio económico para lograr un ahorro. Entonces como se ha señalado, esta es una estrategia que suele influir positivamente en la acción de compra de productos o servicios.

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