La cadena de valor comprende la red de actividades que la empresa desarrolla para transformar insumos de bajo costo o de costo razonable, elaborando productos o servicios que vende a precios que son superiores a dichos costos. De esta manera, si la empresa logra que los clientes paguen por esos productos o servicios un precio superior al costo de las actividades, estará generando un margen o beneficio por ellas.
Esto es lo que se denomina valor generado por la empresa.
Fue a mediados de los ochentas (1987), cuando Michael Porter propuso la cadena de valor, como un instrumento básico para el análisis y diagnóstico interno de la empresa, convirtiéndose en una herramienta empresarial que facilita el examen de todas las actividades que la misma realiza, incluidas sus interacciones.
La cadena de valor de una empresa debe verse como parte integral de un sistema de valor de mayor magnitud, ya que este incluye las cadenas de valor de cada uno de los clientes y proveedores con los cuales interactúa.
Al analizar la cadena de valor se pretende identificar cuáles son las fuentes de ventajas competitivas para la empresa. Esto quiere decir, que el análisis de la cadena de valor permite precisar aquellos aspectos o partes de la empresa, que más aportes hacen a la generación del valor total del negocio. De esta manera se plantean tres fuentes:
- Las actividades básicas.
- Las interrelaciones entre las actividades.
- Las interrelaciones dentro del sistema de valor.
Componentes de la cadena de valor
El principal componente de la cadena de valor está conformado por las actividades básicas que realiza la empresa, las cuales son clasificadas en actividades primarias y actividades de apoyo. A continuación se muestra una gráfica de cadena de valor.
Actividades primarias
Son actividades que están relacionadas con el proceso productivo básico de la empresa, al igual que la atención al cliente y el servicio postventa. Así tenemos:
- La logística interna o de entrada de factores de producción: estas incluyen la recepción y almacenamiento de los insumos y mercancías compradas, control de existencias, distribución o despacho interno de materias primas y materiales auxiliares hasta que son incorporados en el proceso de producción.
- Las operaciones de producción propiamente dicha: son actividades relacionadas directamente con la transformación física de los factores de producción obtenidos con la logística interna, en productos o servicios.
- La logística externa o distribución: comprende las actividades de almacenamiento y despacho físico de los productos terminados hasta su entrega a los clientes.
- El marketing y las ventas: se trata de las actividades que la empresa desarrolla por diferentes medios, ya sean físicos o digitales para conseguir la venta de sus productos. Esta actividad puede ser desarrollada mediante el mercadeo o marketing tradicional o haciendo uso del marketing digital, como también puede aplicar una mezcla de ambos.
- El Servicio postventa: estas actividades están relacionadas con el mantenimiento de las condiciones de utilización del producto vendido. Brindando el soporte y la asesoría adecuada y oportuna al cliente, después de cerrar efectivamente la venta.
Actividades de apoyo
Aunque su nombre en la cadena de valor parezca de menor importancia, son el complemento de las principales actividades para generar valor en la empresa. Como su nombre lo indica son aquellas que le sirven de soporte a las actividades primarias, asegurando el funcionamiento integral del negocio. Entre estas se mencionan:
- Actividades de aprovisionamiento: incluye la compra de los elementos de producción a ser utilizados por la empresa en las operaciones de producción. Es importante que estos factores o insumos sean entendidos en un sentido más amplio, es decir, se incluyen las materias primas, los materiales auxiliares, la infraestructura física (edificios, instalaciones), la maquinaria, y todos los demás servicios que faciliten el proceso de producción.
- El desarrollo de tecnología: toda empresa que aspira lograr una ventaja competitiva debe realizar actividades orientadas a la obtención, mejora y gestión de tecnología en la empresa, aplicable tanto al producto como al proceso, así como al proceso de la gestión misma del negocio.
- La administración de recursos humanos: son las actividades referidas al reclutamiento, selección y contratación de personal; la formación adiestramiento y motivación de todos los trabajadores o colaboradores. Representan el soporte fundamental para todas las actividades, tanto primarias como de apoyo para toda la empresa.
Al construir la cadena de valor, las empresas deben estar conscientes que podrán contar con las mejores instalaciones y demás infraestructura, con la mejor tecnología, las mayores sumas de dinero, los mejores equipos y maquinarias, pero, si no tienen los recursos humanos adecuados que muevan todos esos componentes, tal empresa no puede alcanzar sus metas. Pues el humano, se trata del activo más valioso en toda la organización.
- La superestructura de la empresa: incluye actividades como la planificación, el control, la organización, la información, la contabilidad, las finanzas, es decir, todas las funciones del proceso administrativo y de gerencia. Se trata de las actividades que brindan un soporte integral para toda la empresa y no para actividades individuales.
Cuando se plantea esa clasificación de las actividades en dos grandes grupos, lo más relevante al construir y analizar la cadena de valor, es tener presente que entre todas ellas se dan interacciones, es decir, cada actividad recibe de otra, insumos, información, materiales, datos, generando a su vez, unos resultados en el mismo orden, que son entregadas a otra actividad, contribuyendo a la generación del valor global del negocio.
La cadena de valor basa su fundamento en ese desglose de la empresa en actividades y al mismo tiempo, la unión de ellas mediante sus interacciones, lo que permite entender la ventaja competitiva que tiene la misma.
Como puede apreciarse en la imagen de la cadena de valor, termina del lado derecho en forma de punta de flecha, la cual apunta precisamente al margen de beneficio, que es el objetivo final de toda empresa.
En los términos en que está planteada la cadena de valor de Michael Porter, puede afirmarse que una empresa tendrá ventaja competitiva frente a otra, cuando sea capaz de aumentar el margen. Para ello puede recurrir a una reducción de los costos o a un incremento de las ventas. Este margen puede ser analizado con el uso de la cadena de valor.
Finalmente, se puede afirmar que la cadena de valor, desde el punto de vista de la dirección estratégicas de negocios, plantea un esquema coherente para el diagnóstico de la posición de la empresa frente a sus competidores, sirviendo a la vez, como procedimiento ideal para definir las acciones que faciliten el desarrollo de una ventaja competitiva que sea sostenible.