La idea que da origen a una empresa se constituye en el sistema medular de la organización, está imbuida en toda la estructura interna y controla cada función y proceso, esa concepción primaria, decantada, pulida y amasada se convierte en la visión empresarial o corporativa, la máxima que define el objeto último y la razón de ser de la institución.
Cuanto más clara es la visión corporativa y los objetivos que se persiguen, es más sencillo para la gerencia fijar políticas y estrategias exitosas. A partir de este enfoque se prioriza una línea de comportamientos y acciones que debe ser adoptada por todos los eslabones de la organización. Así lo recoge la historia de las empresas desde la revolución industrial, incluso sin los conocimientos existentes hoy, es posible encontrar buenos ejemplos que ilustran, muy bien, el peso que tiene y siempre ha tenido la visión empresarial.
Digno de mención es el caso del genio detrás de la Ford Motor Company, Henry Ford, quien definió el sueño que se proponía cumplir con su empresa en los siguientes términos: “mejorar la vida de las personas mediante la fabricación de automóviles asequibles para la familia de clase media”. A partir de esta idea el esfuerzo de la empresa se centró en desarrollar las técnicas adecuadas para producir vehículos en serie, a precios más económicos que sus competidores, que vendían artículos (carros) de lujo.
Además de producir automóviles, Ford invirtió en la calidad de vida de la clase media, así estaba establecido en la visión corporativa, los sueldos de sus empleados duplicaban el estándar de la industria en su época, y como buena parte de su fuerza de trabajo estaba formada por inmigrantes, la educación del personal, en lenguaje incluso, era importante, y para ello se creó una escuela en las instalaciones de la empresa, para atender esa necesidad. Todo en el marco de mejorar la calidad de vida de la clase media fabricando automóviles.
El éxito alcanzado por la Ford es conocido mundialmente, y es una demostración del por qué la coherencia entre las políticas con las que se gerencia una empresa y la idea con la que esta se funda y se abre espacio en un mercado, es imprescindible. Para la gerencia, precisar no sólo para donde apuntar, sino también cuanto abarcar en el proceso de lograr el objetivo, es parte fundamental de la gestión, que tiene que ver con mucho más que controlar factores administrativos o económicos, simplemente.
La referencia de estas experiencias ayudan a identificar los factores que facilitan o dificultan el logro de para extraer lecciones y posibilitar el aprendizaje de nuevos y más efectivos procesos continuos y engranados, no de manera aislada, para proporcionar la continuidad requerida en los procesos productivos exitosos.
La Visión compartida
La razón de hacer empresa abarca muchos factores, y todos están ligados al componente humano, que añade una dimensión de mayor complejidad al proceso gerencial. Una ambición, un reto, un deseo bastan para detonar la avalancha transformadora de realidades que se vuelve construir organizaciones. Esa inquietud personal o de un grupo reducido, con el empuje adecuado, inicia una cadena de eventos más o menos continuos con pequeñas y grandes conquistas en las que participan, progresivamente, otras personas.
En el interior de las organizaciones se dan procesos de vinculación social entre los individuos que coinciden en un esfuerzo común, esas relaciones en la comunidad interna que da vida a la empresa o institución, se articulan direccionadas por los valores que constituyen la cultura de la misma. Así como los procesos se planifican y ejecutan, las conductas del personal están intervenidas por el comportamiento señalado en el pensamiento primigenio, la misión corporativa.
Este es el primer peldaño del sistema que administra y comparte la información corporativa a partir del cual se da la movilización del conjunto empresarial hacia el objetivo común. A partir de la comprensión de su importancia, la gerencia destina los recursos necesarios y optimiza el rendimiento a obtener. En ese proceso, los primeros aliados para alcanzar las metas de la organización son sus recursos humanos.
Este recurso se transforma en capital humano cuando es conquistado como aliado, cuando se logra promover y contagiar en su base el sentido y la razón de ser organización. Es un reto para la gestión empresarial, sumar esa participación desde el convencimiento de formar parte de algo más grande, y no sólo de una transacción de trabajo remunerado, sino provocar conductas o actitudes favorables, despertar emociones a favor del fin corporativo y de solidaridad con la causa empresarial.
El discurso fundacional contenido en la visión corporativa que logra calar en la comunidad interna y alcanza el convencimiento de su importancia en el proceso productivo de la empresa, más allá de la obligación laboral, es una de las medidas más efectivas que incrementa la posibilidad de conquistar el éxito. Es una fuente de motivación que suma la voluntad política del capital humano y orienta el trabajo a corto, mediano y largo plazo.
El funcionamiento de la organización se estructura de acuerdo a tareas determinadas para cada grupo o equipo de trabajo y las redes que se articulan entre éstos para cooperar en los procesos planificados por la empresa para el logro de sus objetivos. Estos procesos están atravesados por las premisas validadas desde la gerencia. Las relaciones fomentadas por el máximo liderazgo de una organización se convierten en ejemplo de gestión, por eso el término de cultura organizacional, es una forma de forjar el carácter de los miembros de la familia/organización, en ese ser y estar en colectivo cada acción forma parte de un conjunto de prácticas que se imponen como modelo.
Para optimizar ese esfuerzo, la capacitación del personal es clave en el fortalecimiento de las habilidades y capacidades de todos y cada uno de los individuos que conforman la comunidad organizacional, no sólo con talleres de adiestramiento en las técnicas empresariales sino también en cualquier otra que permita al personal entender el grado de conveniencia del objetivo y se identifique con él, se lo apropie y desarrolle una actitud positiva, armónica, hacia su consecución.
De esta forma se da un direccionamiento de conductas desde la efectividad y la identificación, expresada en un claro nivel de compromiso de los actores claves, con amplias posibilidades de que se alcance una masa crítica entre las personas involucradas en los procesos productivos que repercuta positivamente en el logro colectivo, en condiciones adecuadas para conocer, entender y enfrentar los problemas minimizando la resistencia al cambio y contribuyendo, por el contrario, en la estructuración de las metas fijadas.
La Visión Empresarial convertida en alma de la organización, conecta con el personal y configura procesos en un esfuerzo común, nada corriente, gestionado por un liderazgo con capacidad de abarcar la amplitud del objetivo maestro, situando a la organización en el contexto del que forma parte, e integrando a todos los sujetos que de una manera u otra están involucrados en los procesos productivos que impactan en los colectivos.