El miedo al fracaso para emprender algún proyecto en circunstancias cambiantes y de crisis, es normal hasta cierto punto. Incluso puede estar asociado a querer algo y no saber con certeza como iniciarlo y mantenerlo en el tiempo.
Para las personas que tienen interés por el emprendimiento, representa todo un reto en situaciones complejas, donde la incertidumbre es la que prevalece. Sobre todo porque se generan grandes dudas y emociones relacionadas con el miedo al fracaso.
Si bien es cierto que el miedo al fracaso representa la otra cara de la moneda, de lo que se considera éxito, también es verdad que cuando surge, significa la inquietud por el desconocimiento en el camino a transitar.
También está el miedo al fracaso por las situaciones de cambios y decisiones personales. Este temor debe ser estudiado y analizado a fin de evitar que detenga oportunidades para emprender.
Dependiendo del nivel de interés, conocimientos y capacidades del emprendedor puede lograr la consolidación de su proyecto personal o profesional. Es decir, éste se verá influenciado de manera positiva o negativa.
Por miedo al fracaso se entiende la percepción, pensamiento o creencia generada por un tipo de emoción, el miedo. Hay que recalcar que esta emoción puede disparar o bloquear la capacidad de acción.
En el caso de que el miedo al fracaso tenga el terreno ganado, se refleja en bajos sentimientos de autoestima. por ende disminuye la energía vital para la acción. En consecuencia, este puede llegar a producir bloqueos y parálisis para la acción, desinterés, desánimo, desmotivación, con excusas y justificaciones.
En situaciones más complejas por un fracaso real, puede decaer en frustraciones y estados depresivos. Antes de llegar a este punto surge la necesidad de atención y tomar cartas en el asunto, ya que todo es superable.
El miedo al fracaso no atendido puede producir reacciones de escape, huida o evasión, dejando de hacer lo que se requiere. También puede llegar a manifestarse por distintas causas, algunas contrarias a lo deseado, otras por decisiones personales en el interés de alcanzar un sueño o meta personal y/o profesional.
La personalidad cuenta para manejar el miedo al fracaso
Dependiendo del perfil arriesgado, cauteloso, dudoso, y a la autoestima baja, media o alta, influirá en los puntos a trabajar para lograr prosperar en lo que se desea emprender o alcanzar.
Para materializar un proyecto de emprendimiento con éxito, no basta un conocimiento de sí mismo, en cuanto a gustos, fortalezas, debilidades, creencias. Sino también el conocimiento del área a emprender, disminuyendo notablemente el miedo al fracaso.
Manejar esta circunstancia antes de emprender, conlleva a una etapa de preparación integral. Es necesario estudiar, investigar sobre el mercado, clientes, proveedores, circunstancias y oportunidades. Es decir, procurar un mínimo de confianza basada en el conocimiento del entorno y las potencialidads con las que se cuenta.
El miedo al fracaso no es más que el estado de consciencia, compromiso, responsabilidad y determinación para revisar los pros y los contras del proyecto en mente. Dependiendo de sus características puede asumirse de manera sana y natural. Incluso como parte de un interesante proceso de aprendizaje y empoderamiento.
Es así como esta emoción constituye el puente y aliado que puede alertar sobre el grado de preparación que se requiere. Así como las actitudes y aptitudes a fomentar. Puede ser considerada como piedras en el camino que se deben ir dejando atrás para enrumbarse hacia el objetivo y meta deseada.
El miedo al fracaso como aprendizaje
El termino fracaso es lo opuesto al éxito. Sin embargo estas connotaciones representan extremos, lo que puede indicar que no necesariamente sirve para interpretar la compleja realidad.Por ello, es pertinente tener una visión integral para apreciar que en los negocios no todo debe evaluarse como éxito o fracaso. Sino más bien, la ocasión para moverse fuera de la zona de confort y aprender a ser productivos.
Para construir una base adecuada de funcionamiento, el reto es lograr el equilibrio en la balanza, mediante el uso de herramientas, recursos y técnicas de apoyo personal y profesional.
Aprender a gestionar el miedo al fracaso, implica observar la coherencia personal. Esto es la capacidad de ser consistentes con lo qué pensamos, lo qué decimos, y lo qué hacemos. Nuestras acciones, lo que hacemos y los resultados que queremos obtener, nos definirá como el tipo de emprendedor que somos y podemos llegar a ser.
Por otra parte, el lenguaje verbal como poder comunicacional es otro elemento positivo para el mundo del emprendimiento. El lenguaje al igual que los negocios se puede crear a la medida, y es lo que ofrecen técnicas comunicacionales como PNL (programación neurolingüística), que aporta buenos resultados en el manejo del miedo al fracaso.
Vencer el miedo al fracaso conlleva al desarrollo de una personalidad capaz de asumir riesgos para manejarse dentro de la incertidumbre. Confiando además en su creatividad para encontrar las formas y recursos en funciòn de los objetivos.
Desechar un deseo, meta o proyecto, dejar de lado los propios sueños personales y profesionales por miedo al fracaso, constituirá en si un fracaso. Como consecuencia de no tener claro que todo obstáculo y situación puede ser trasnformada.
Un punto interesante para el emprendedor dudoso es preguntarse, ¿Qué es lo peor que puede suceder? Lo peor que puede suceder es vivir un fracaso real o fracasar en un intento de construir un emprendimiento. En cuyo caso, está la posibilidad de buscar ayuda profesional o personal, hasta recuperar nuevamente la confianza.
Frente a una situación problema, se requieren de nuevas energías. Así como autoconfianza, y por supuesto tomar la decisión de comenzar apoyado en mayor experiencia. Ya sea propia, contratada o como asesor externo.
Acciones para disminuir los niveles de miedo al fracaso
1. Identificar lo que desea lograr
2. Describir los pros y contras
3. Identificar las fortalezas y debilidades personales, con honestidad y transparencia.
4. Tener una visión integral del contexto en el cual se desarrollará el emprendimiento.
5. Conocer emprendimientos similares y productivos.
6. Buscar asesoría de profesionales y conocedores del área
7. Investigar, leer y prepararse en lo que sea necesario.
8. Diseñar un plan de acción inicial, factible y sencillo, describiendo los pasos a seguir y ajustando lo necesario.
En los casos que se considera que no se cuenta con el tiempo y disponibilidad para diseñar un plan de acción, se podrá acudir a personal especialista para su asesoría. También podrá desempeñarse como un aliado estratégico en el seguimiento que requiere todo emprendimiento productivo.
Un asistente profesional en planificación estratégica o coach personal conocedor del área preferiblemente, será de gran ayuda para iniciar un emprendimiento productivo.
Finalmente, corresponderá al emprendedor buscar los recursos y herramientas para manejar de manera efectiva el miedo al fracaso. A fin de superar las barreras hacia la consecución de sus objetivos.
De cualquier forma para superar el miedo al fracaso la mejor estrategia es:
- Desarrollar todo nuestro potencial
- Organizar y fomentar valores positivos en una sociedad
- Construir oportunidades y servicios para otros.
- Identificar las crisis como la oportunidad de construir algo nuevo
- Asumir que los cambios están presentes permanentemente