Existen muchos términos que en el rubro de autoría, tienen alta tendencia a confundirse. Las marcas y patentes no están exentas de estas confusiones. En realidad, ambos términos se refieren a un derecho otorgado por el Estado para utilizar algo, en exclusiva por un determinado periodo de tiempo. Más allá de esta definición, es importante descubrir que existen diferencias marcadas que trascienden lo conceptual.
Teniendo en cuenta, que en el caso de la protección jurídica de los derechos de propiedad Industrial, sólo se otorga en el país donde se ha solicitado. Esto es porque marcas y patentes son territoriales.
En la mente de muchas personas existen ideas, grandes inventos, fórmulas y demás creaciones que no son patentadas. Por ende, en este camino, quien llegue primero es el dueño de la idea…es decir, de la patente.
La diferencia entre marca y patente reside en el objeto de protección de cada una de estas figuras que registra la propiedad industrial.
¿Qué es una marca?
Todo lo que está presente en el mercado tiene una marca. Esa es la única forma de diferenciar productos y servicios de sus competidores. Todos tiene un distintivo que los hace únicos: un símbolo, un diseño, colores y combinaciones, imagen. Por eso, el objeto de protección de una marca es todo tipo de signo distintivo aplicado a un sector específico de la industria.
Para que un signo pueda constituirse en marca debe ser “distintivo” y diferente a los que se hallen inscritos o en trámite de registro. Esto ayuda a evitar confusión en los consumidores. En este punto hay que destacar que la originalidad debe hacerse presente. Para asegurarse que este signo sea novedoso, es de vital importancia efectuar un rastreo en las bases de datos. Sobre todo para comprobar que no exista ningún registro anterior idéntico o similar. Este procedimiento se conoce también como estudio de viabilidad
El registro de marcas es otorgado por el ente correspondiente según el país. También varían los tiempos de registro. Incluso hay casos en los que sólo se hace el registro de marca, como protección de la identidad comercial.
¿Qué es una patente?
Es un título que da el Estado, para reconocer a una persona como creadora de un producto o procedimiento que debe ser novedoso. Adicionalmente debe presentar actividad inventiva y con aplicación industrial. Este título reconoce al inventor el derecho exclusivo de disfrutar de los beneficios de su invento.
Obtener este título implica superar un procedimiento administrativo y unos costos. Pero para logar esto, hay que asegurarse de contratar especialista en la propiedad industrial, que brinden buena asesoría.
¿Qué se registra primero La marca o la patente?
Para un emprendedor, lo más recomendable es comenzar por la marca. Esto para proyectar de manera más rápida su negocio. Todo debe tener un nombre y es aquí donde sale a relucir la importancia primordial de la marca.
La solicitud de patente puede realizarse a la par con la marca, porque se realizan en vías separadas. Lo más recomendable es tener la protección por todos los medios posibles, es decir, ambas registradas.
Como se aclaró antes, las marcas y patentes, tienen protección sólo en el territorio nacional. Si el emprendedor desea expansión, debe iniciar en otras naciones el mismo proceso. Es importante tener en cuenta algunas consideraciones esenciales que darán más valor a la empresa con respecto a marcas y patentes:
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Tener un registro de propiedad industrial debe ser parte de la estrategia global de cualquier negocio. Además aumenta la credibilidad de la empresa. Permite exportación y ofrece protección de la invención.
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Contar con el registro de una patente o marca es fundamental para proteger la innovación de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Así como de los emprendedores, aún cuando no sea un camino fácil.
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Ofrece protección al permitir utilizar exclusivamente un tipo de proceso o maquinaria y puede venderse o licenciarse. De esta manera aprobar que otras personas lo utilicen sin perder los derechos absolutos.
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Asimismo, las marcas y patentes son un activo intangible de la empresa, esta última puede llegar a ocupar hasta 90% del valor de la empresa si se explota correctamente.
4 desventajas de no contar con registro de marcas y patentes
Poseer una marca registrada representa múltiples beneficios, desde su uso exclusivo hasta la posibilidad de obtener ganancias adicionales. No obstante ¿qué significa no contar con un registro de marca? Es importante estar al tanto de los riesgos que esto implica para la inversión empresarial.
Cuando se piensa en ofrecer un producto o servicio, unas de las ideas principales es convertirlo en un negocio rentable. Con la finalidad de que se mantenga a través del tiempo y se diferencie de otros en el mercado. Sin embargo, contar con todas estas virtudes no es garantía de mantener una solidez en el tiempo.
No tener un registro de marcas y patentes, significa que ese producto o servicio es vulnerable en aspectos legales y económicos. Estas son algunas de las desventajas que representa no tener dichos registros:
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En materia económica, representa un alto riesgo para las inversiones en publicidad y mercadeo. Es posible que esta vulnerabilidad afecte la inversión, por no poseer un derecho de propiedad.
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Una marca o patente no registrada está libre. Así que alguien más hará la solicitud ante el organismo competente. La persona que obtenga el registro podrá impedir que cualquier otra la use.
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Otra de las desventajas de no poseer un registro de marcas y patentes, es que no pueden asociarse en los balances y estados financieros.
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Finalmente, y no menos importante, tener una marca no registrada significa que ésta no puede cederse, licenciarse, franquiciarse o servir como garantía Debido a que no existe un documento legal que fundamente la titularidad.
Por lo tanto, el registro de marcas y patentes dentro del avance como empresarios, es la mejor alternativa. Considerando que es un paso seguro para protegerla contra el plagio de la competencia. ¿Imagina que toda la reputación y posicionamiento de su marca, obtenido con gran esfuerzo durante años, pase a manos de otra persona sin que pueda impedirlo?
¿Qué no se puede patentar?
La propiedad intelectual se aplica a cualquier creación original y reconoce una serie de derechos a sus autores. Incluso desde el mismo momento de la creación, al margen de que se registre o no. Sin embargo, no todo lo que se crea se puede patentar. Legalmente, la patente se aplica a un procedimiento, un método de fabricación, una máquina o un aparato o un producto que es nuevo, susceptible de ser explotado industrialmente y que ha requerido actividad inventiva.
Estas son algunas cosas que, de momento, no pueden patentarse:
– los seres vivos o parte de ellos tal y como se encuentran en la naturaleza
– los métodos matemáticos
– las teorías científicas
– los programas de ordenador o software, que se protegen por derechos de autor
– las reglas y métodos de actividades intelectuales
– las obras literarias o artísticas, que se protegen por derechos de autor
– los métodos de diagnóstico, terapéuticos o quirúrgicos
– los descubrimientos de sustancias naturales
– las normas o reglas de un juego
Existe una diferencia entre propiedad intelectual e industrial, la primera se refiere a obras, arte e intelecto. Mientras que la segunda, protege invenciones y signos distintivos, como las marcas. Además toca temas industriales y de comercialización, como el secreto industrial.
«La marca protege el nombre con el que se va a identificar un producto o servicio, mientras que la patente protege la manera en que se hacen¨.
Finalmente, es necesario conocer que si no se resguarda la invención, otra persona puede hacerlo y así ganar la protección. Esto no quiere decir que ya no se deba luchar por los derechos. Sólo que habría que pagar más, e inventir incluso más tiempo. Periodo en el que la invención puede ser explotada.