Liderazgo es una capacidad de influir en otros valiéndose de algunas cualidades y actitudes que son reconocidas y aceptadas fácilmente entre los seguidores o liderados. El ejercicio del liderazgo involucra un proceso de aprendizaje que implica el desarrollo de habilidades y el modelaje del carácter que le permitan al gerente mostrar aquellos rasgos de su personalidad que mejor despierten la simpatía y aceptación en él.
En las organizaciones, el liderazgo generalmente surge a partir de una estructura de valores y condiciones como el desempeño, la experiencia, la identificación con los códigos empresariales o institucionales, por citar algunos, como capacidades básicas con las que debe contar quien asume posiciones de mayor o menor poder de decisión y/o ejecución en un entorno altamente competitivo.
El líder es un agente que impulsa al colectivo, seguidor o seguidores en una dirección, el liderazgo es una condición humana que se da en el contexto de las relaciones interpersonales y se impregna en la complejidad de los aspectos humanos que motivan la adherencia y el apoyo de sus seguidores.
El ejercicio del liderazgo demanda capacitación en las áreas del conocimiento en las que se despliega. Desde un enfoque integral, el liderazgo convierte a quien lo ejerce en un modelo a imitar, constituido en sí mismo en referente de decisiones, estrategias y acciones acertadas y exitosas que sus seguidores anhelan compartir.
A la par que la historia de las sociedades humanas ha evolucionado, el liderazgo ha encontrado también formas de adaptase a las nuevas circunstancias. Desde las sociedades primitivas en las que los privilegios se conquistaban a través de la fuerza, hasta la actual civilización globalizada en la cual los cambios se dan de manera acelerada, las y los líderes deben mostrar disposición para adecuarse a los procesos de cambio y además motivar a otros a hacerlo.
El liderazgo transformador inspira ese dinamismo a través de la escucha activa de las personas dentro y fuera de su colectivo u organización, con la disposición de realizar nuevos aprendizajes y explorar riesgos, con procesos de comunicación permanente, practicando y promoviendo la articulación interna y externa.
Si bien en las empresas o instituciones las jerarquías de mando están claramente establecidas, los liderazgos en las organizaciones no se limitan exclusivamente a los ejercidos desde los cargos gerenciales, o incluso sindicales, en determinadas circunstancias, como en situaciones de conflicto, o una coyuntura de complejidad, emergen líderes con una propuesta puntual, para alcanzar unos objetivos muy bien definidos, logrado lo cual se retira victorioso.
Existen algunos rasgos generales que resultan comunes en los líderes como:
- La honestidad, una cualidad que inspira confianza en las y los seguidores.
- La claridad y elocuencia para expresar su visión, ideas e intenciones.
- La seguridad y confianza en sí misma(o), que alienta a otros a creer en lo que dice y hace y a seguirle.
- La ejemplaridad, que muestra coherencia entre las acciones y el discurso del líder.
- El optimismo y entusiasmo confianza en la consecución de las metas planteadas a pesar de cualquier obstáculo en el camino.
- La organización para planificar, y programar las actividades estratégicas que le conduzcan al objetivo planteado.
- El interés y el compromiso por aprender permanentemente y rectificar cuando el caso lo amerite.
La demostración del líder de cualidades y capacidades como las ya mencionadas, hace posible establecer entre él o ella y el grupo que lidera, lo que Freud llama el enlace afectivo o la identificación del modelo a imitar.
Un buen gerente debe estar en capacidad de identificar y aprovechar el momento en el cual surge un liderazgo emergente, y saber diferenciarlo de una amenaza para el poder que tiene, porque una condición particular del líder es el humanismo o sensibilidad social que le permite identificar el momento en el cual sus capacidades pueden ser de mayor provecho para la organización, y en ocasiones, dar espacio para que otros resuelvan es una cualidad inestimable para un gerente, comparable a la capacidad de delegar.
Un gerente con cualidades de liderazgo entiende que las personas con las que cuenta en su empresa son el recurso más valioso o deben serlo. Cada puesto de trabajo está ocupado por alguien con competencias para hacer lo que le toca, y hacerlo de la manera más eficiente, desde esa convicción y a partir de ese reconocimiento de los otros, las relaciones laborales serán el mejor puente para conquistar todas las tareas corporativas.
El líder gerente aprovecha las aptitudes y el rol de cada quien para seguir el rumbo trazado y establecer las estrategias para lograrlo, otorgando un sentido de unidad, de cuerpo integral para que el esfuerzo colectivo se dirija exactamente hacia la meta común, ahorrando pérdidas de tiempo y esfuerzo innecesarios e inútiles. Pero además transformando en ventaja (capitalizando) todas las caras externas de la empresa, representada en cada uno de sus empleados.
Los talentos y aptitudes del liderazgo corporativo fomentan la formación del personal como parte de las acciones programadas para mejorar el ambiente interno de la empresa, para fortalecer los equipos de trabajo y consolidar la identidad corporativa con participación de la masa trabajadora que de esta forma se la apropia mejor. El liderazgo corporativo implementa la cultura del éxito como parte de un proceso que se nutre paso a paso con la participación de todos los elementos que constituyen la organización.