Las nuevas tecnologías empujan los paradigmas de la modernidad hacia nuevos horizontes, ya no sólo quien dirige una empresa u organización puede hacerlo sin tener que estar presente en las instalaciones, sino que incluso puede apoyarse en el talento humano que más le conviene, mediando distancias, a través del uso de las plataformas disponibles hoy, que permiten que gerenciar el teletrabajo sea, no sólo una opción viable, sino en muchos casos, la mejor opción.
El empleo a distancia es una alternativa en auge en economías emergentes, igual que en las desarrolladas, tanto así, que a principios del siglo XXI la modalidad de trabajo a distancia creció enormemente en la Unión Europea, según la publicación oficial de empleos de España, llegando a estar en el 60% de las ofertas laborales, encabezadas por países como Finlandia, Polonia, Dinamarca y Alemania donde funcionan entre 60% y 80% de empresas con 10 o más empleados en la modalidad de teletrabajo, y prácticamente en el resto de los países supera el 40% de las empresas.
De este lado del mundo, en EEUU el 37 % de los empleados trabajaban a distancia o desde casa para el 2015, lo que representa un crecimiento del 7% en una década. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a comienzos de ese mismo año, casi 80% de los empleados en América Latina aceptaban una posible oferta de trabajo a distancia. Lo que señala un mercado potencial de personal en este hemisferio. Una realidad que cualquier dirección empresarial debe tomar en cuenta.
El potencial de crecimiento de esta actividad es una de las consideraciones que la dirigencia organizacional, debe plantearse como parte de su análisis situacional. Evidentemente, contratar empleados a distancia es una opción que ayuda a reducir drásticamente los costos operativos de inmediato y a largo plazo, fortaleciendo una gran cantidad de servicios bajo la modalidad de empleo no presencial, pero gerenciar el teletrabajo requiere de nuevas formas de relacionarse con el personal.
Hoy las relaciones laborales son cada vez más flexibles, con ventajas de lado y lado, que permiten acortar las distancias entre los elementos que satisfacen las necesidades individuales y requerimientos sociales como la productividad, la movilidad, el tiempo libre, entre otros. Esta tendencia abre un variado abanico de oportunidades de negocios en el que figuran:
• Oficinas satélites
• Call centers
• Centros de conexión
• Servicios tercerizados de publicidad y Mercadeo dirigido o abierto, y de Soporte técnico o especializado
En casi todas ellas la operatividad se consolida a través de la coordinación y los supervisores del talento que lleva adelante los procesos. Y en estos eslabones está la clave de la eficiencia en la cadena de recursos humanos que sostienen una empresa o emprendimiento. Gerenciar el teletrabajo requiere la implementación de métodos y sistemas de control a prueba de distancia, con mucha atención a los indicadores de eficiencia y efectividad.
La gestión de los procesos productivos de la empresa u organización que integre el trabajo a distancia debe estar orientada al logro de metas específicas, más que a parámetros como cumplimiento de horarios. El trabajo a distancia permite construir una estructura de trabajo multiplataforma basada en la autodisciplina y el comportamiento ético y en base a esos valores se planifica Gerenciar el Teletrabajo, ya sea directamente o bajo un modelo tercerizado.
El teletrabajo potencia las capacidades de responder a las expectativas del contratante, al ofrecer facilidades que el empleo tradicional no puede, por su dinámica y estructura más flexible, por ejemplo, una ventaja indiscutible es que acorta la distancia entre el talento humano y el empleador, ya no es necesario estar en la misma ciudad, ni incluso en el mismo país y es por esto que la gerencia debe ser mucho más específica con los requerimientos de ese talento que busca y la respuesta que recibe de él una vez contratado.
Para gerenciar el teletrabajo es necesario tener en cuenta, además del ahorro en el costo de la mano de obra, o la no inversión en estructura y adecuación de espacios o equipos, que las relaciones laborales deben ser conducidas ajustando la perspectiva para reconducir esos ahorros en ocupar las vacantes laborales con el mejor talento, y eso implica trabajar con mayor precisión los perfiles del recurso humano, de acuerdo a las metas propuestas, porque aunque se trate de puestos virtuales, el trabajo es real.
Hay que tomar en cuenta también factores como que en general los hombres recurren más a este tipo relaciones laborales (54 %) que las mujeres (36 %), pero en contraste, éstas lo asumen de manera más regular desde casa que los hombres. El acceso a las plataformas que proveen las nuevas tecnologías permite que hoy se hable en términos de comunidades masivas cuando se recluta personal para el trabajo a distancia. Por eso hay que agudizar al máximo los criterios de búsqueda.
Esta forma de colaboración abierta o externalización abierta de tareas implica que para gerenciar el teletrabajo planifique para ser efectiva y clasificarse entre los procesos de calidad o de excelencia, bajo esa condición el empleo a distancia es la mejor alternativa para superar algunos desafíos administrativos, pero además para asumir compromisos como la responsabilidad social empresarial, en términos de impactar la calidad de vida de la sociedad latinoamericana al favorecer el trabajo formal en condiciones ventajosas cuando existen dificultades como limitaciones de transporte, inseguridad, poca diversidad productiva, brechas de rendimiento, alta informalidad, desigualdad e inequidades.
Gerenciar el teletrabajo adecuadamente fortalece una plataforma de empleo que por efecto rebote, demanda de los Estados en desarrollo, el diseño e implementación de políticas públicas que apunten a mejorar los servicios de conectividad de banda ancha que posibilite a los trabajadores realizar sus tareas de manera remota, así como que existan garantías para este personal de acceso y permanencia a sistemas de protección social en cada país, también estimula la producción de productos e insumos ya que potencia la oferta tecnológica, hasta llevarla, prácticamente, al alcance de casi cualquier persona.
Los desafíos de gerenciar el teletrabajo en territorios como los de América Latina, no son tantos como los beneficios que aporta a la economía empresarial y a las sociedades. Son muchas las razones por las que el teletrabajo se posiciona cada vez mejor, y también muchos los procesos que facilita para el pequeño y mediano empresario o emprendedor, como la atención al cliente o usuario, el soporte técnico, entre otros, pero exige también un trabajo de precisión con todos los elementos que componen la identidad organizacional, y es sobre esa línea, definida desde la Gerencia, sobre la que descansa el buen o mal desempeño del teletrabajo.
Esta, todavía, novedosa plataforma productiva está alineada incluso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos desde la Organización de Naciones Unidas, que buscan estimular el crecimiento económico sostenible por medio del incremento de los niveles de productividad y la innovación tecnológica. Por ello atreverse a gerenciar el teletrabajo es cada vez más una demanda de los tiempos actuales para responder a los temas pendientes en los países latinoamericanos que aún pugnan por alcanzar niveles de empleo que faciliten el desarrollo de la sociedad.