Bienestar Laboral

Bienestar laboral comprende la aplicación de una serie de medidas sobre la prevención y seguridad de riesgos laborales. Así como también la adecuación del entorno de trabajo para hacerlo más agradable al empleado. Es decir, son medidas que se centran en la prevención de riesgos en las empresas, incluidos los que afectan la salud emocional.

Todo trabajador tiene el derecho fundamental a un trabajo en un ambiente seguro que no produzca daños a su salud, sino que más bien la propicie. Por lo tanto, garantizar ese derecho es un imperativo ético para cualquier empresa. En consecuencia, el bienestar laboral se implementa como consideración humanística. Es una forma de cuidar la tranquilidad del talento humano.

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Toda actividad laboral implica riesgos para la salud y la vida de las personas. Por esta razón, es necesario establecer los mecanismos para prevenirlos pero también para fomentar el mejor desempeño humano en los procesos productivos. De tal manera que, pueda garantizarse la protección de la integridad física y psíquica de los trabajadores.

Un empresario moderno debe entender que aunque las regulaciones sociales no sean precisamente sobre bienestar laboral, están supeditadas a valores además de derechos. En contraste con aquella conducta orientada por el temor a la sanción o por el deseo de recompensa.

Lo más relevante en materia de bienestar laboral es la cultura que debe construirse y fomentarse para la conservación de las mejores condiciones de vida en las empresas. Más allá de las leyes y reglamentos de obligatorio cumplimiento  este es un tema de principios. 

Otro aspecto es el derecho del trabajador a conocer los riesgos de su puesto de trabajo relacionados con los procesos productivos. Es decir, asumir conciencia plena y corresponsable de las formas más saludables para realizar las tareas cotidianas. Esto implica trascender el simple conocimiento de los riesgos asociados a las actividades. Lo que puede significar, incluso, innovar en métodos y técnicas para obtener resultados similares disminuyendo riesgos y humanizando procesos.  

Esta cultura de prevención debe sumar también la de promoción de actitudes más saludables en el trabajo. Por consiguiente, para hablar de una gestión de bienestar laboral tiene que redimensionarse el desempeño. Es decir, dejar de mirarlo como un conjunto de tareas que realiza un operador. Comenzar a considerarlo entonces, como responsabilidades que asume una persona bajo determinadas condiciones y tratos humanos.

Las estadísticas de accidentabilidad disminuyen si las personas que hacen el trabajo se sienten a gusto. Se tiene más cuidado y esmero realizando tareas en ambientes más cómodos y agradables, que en otros más hostiles.

Las disposiciones oficiales sobre seguridad e higiene no siempre contemplan el bienestar laboral. Hasta ahora se abordan sólo las tasas de accidentabilidad, indicadores que afectan negativamente la producción. Las mismas estadísticas muestran el siguiente comportamiento de la ocurrencia de accidentes por tamaño de empresa:

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  1. En la microempresa, hasta en el 15% de ellas.
  2. Pequeña empresa, en el 33%.
  3. Mediana empresa, en el 60%.
  4. Gran empresa, 77%

No se han estudiado suficientemente los factores asociados a los estímulos de la productividad en el marco del bienestar humano. 

La prevención de riesgos en las empresas y mejorar la seguridad laboral tiene que ver también con controlar factores como el estrés. Las condiciones que pueden disminuirlo están relacionadas con la formación de los trabajadores y los directivos. Es decir, el bienestar laboral abarca mucho más que las condiciones físicas del entorno. Está asociado también con la percepción que tienen de él quienes lo habitan 8 horas al día.

Dada la poca materia legislativa que existe sobre el bienestar laboral hay que considerar que el enfoque de seguridad e higiene varía en su aplicabilidad de acuerdo al tamaño de la empresa. En las más grandes se cumple casi totalmente con al menos un instrumento de prevención. Pero las pequeñas empresas presentan un déficit considerable en su aplicación.

En cuanto a las microempresas, donde aproximadamente el 40% manifiestan no tener algún instrumento, el problema se agrava. 

Ahora bien, siendo también este sector inclinado a las innovaciones, puede convertirse en abanderado en la aplicación de entornos de bienestar laboral.

Objetivos del bienestar laboral 

Entre los principales objetivos se encuentran los siguientes:

  • Eliminar las causas de enfermedades profesionales.
  • Reducir o mitigar los efectos perjudiciales provocados por el trabajo en las personas enfermas o portadoras de defectos físicos.
  • Prevenir el agravamiento de las enfermedades y lesiones.
  • Mantener y garantizar la salud de los trabajadores.
  • Incrementar la productividad por medio del trabajo.

¿Qué hacer para lograr esos objetivos?

  • Educar a todos los trabajadores de la empresa, e incluso a niveles directivos en la cultura de bienestar laboral. Abarcar más allá de los riesgos físicos, las amenazas psíquicas, emocionales e intelectuales asociadas con las actividades de trabajo.
  • Considerar las instalaciones de la empresa (planta, fábrica) además de un espacio productivo, también un entorno en el que se desarrollan individuos. Por ello es más saludable adecuarlo  completamente a las necesidades humanas tanto como a las de maquinaria y equipos.
  • Realizar estudios y observaciones sobre nuevos procesos o materiales y equipos a utilizarse.
  • Además de contar con servicios médicos, enfermería y primeros auxilios, a tiempo parcial o total; incluir ambientes de esparcimiento donde realizar las pausas activas. 
  • Control y eliminación de las áreas insalubres. 
  • Procurar relaciones éticas y con espíritu cooperativo con los trabajadores y su grupo familiar. 
  • Prevenir los riesgos para la salud y la vida. Incluye riesgos físicos, psicológicos y biológicos.
  • Implementar servicios complementarios. Estos se suman a la inversión empresarial en materia de seguridad e higiene para el empleado, incorporando a la comunidad. Ejemplos: Realizar programas informativos. Realizar convenios o alianzas con instituciones locales para facilitar la prestación de servicios como conferencias, recreativos, películas, radiografías, otros. Jornadas periódicas de verificaciones entre departamentos, fundamentalmente entre médicos, supervisores y ejecutivos. Esencialmente, para comprobar posibles desajustes con motivo de cambios de departamento, de trabajo o de horario.

Merece mención especial aclarar que, al plantear el bienestar laboral  en las empresas, es esenciale el apoyo activo y permanente de la función de Administración. Por tanto, los supervisores deben ser los primeros en colaborar para que sus subordinados trabajen en conduciones de bienestar, tan importantes como hacerlo sin accidentes.

Es imposible no asociar bienestar laboral con las condiciones que producen estrés o desgaste. Por eso es importante definir y dar instrucciones claras y precisas para cada tarea o actividad en la empresa. Así tanto el trabajador como su supervisor e incluso la alta gerencia saben qué esperar en cada caso. Naturalmente esto incluye una cierta flexibilidad que permita que el empleado sea proactivo y propositivo.

Promover una cultura organizacional que fomente el bienestar laboral además de la seguridad es un recurso saludabe para la empresa. Es, en resumidas cuentas una relación Ganar-Ganar entre trabajadores y empresa que fortalece a esta última. A la vez que se dispensa un trato digno y considerado a la fuerza laboral.

La gestión del bienestar laboral es responsabilidad de todos en la organización. Especialmente, corresponde a la línea gerencial, ya que es una función de staff. De esta manera, cada supervisor o gerente, es responsable de su personal y los ambientes en los que se desenvuelven. 

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